4 razones que explican por qué las mujeres son las más perjudicadas con los recortes al presupuesto que propone el gobierno de Trump

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“Si los presupuestos reflejan prioridades, entonces el de Trump te dice todo lo que debes saber sobre cómo esta administración valora a las mujeres: no lo hace”. Este mensaje publicado en Twitter por Planned Parenthood se hace eco de la preocupación que han manifestado varias organizaciones y activistas que defienden los derechos de las mujeres con los recortes que propone la Casa Blanca para el presupuesto 2018.

No solo se verían reducidos los servicios y beneficios que reciben las mujeres, sino también los que reciben sus hijos. “Cada presupuesto refleja las prioridades del gobierno y el de Donald Trump deja claro que las mujeres y los niños están al final del barril”, comentó Ilyse Hogue, presidente de NARAL Pro-Choice America, en un comunicado. "Al acabar con los programas que ayudan a las mujeres más vulnerables y sus familias, esta administración que dice ser 'pro-vida' hará insoportables las vidas de los más necesitados".

Rebecca Vallas, directora del Center for American Progress Poverty, usó su cuenta de Twitter para llamar la atención sobre cómo el presupuesto recorta programas que ayudan a las familias a pagar por lo básico, mientras le otorga recortes en impuestos para los más ricos.

Un análisis del diario New York Times sobre los recortes ilustra esta brecha: mientras los programas que tienden a beneficiar a los hombres se ven reducidos en 2%, los que ayudan al público femenino disminuyen en 8%. A continuación explicamos algunos de los focos de los recortes.

1. Planificación familiar

El presupuesto prohíbe asignar cualquier tipo de fondos federales a “entidades que practican abortos", incluyendo Planned Parenthood, a pesar de que el dinero federal no se utiliza para este procedimiento (está prohibido por ley). Por primera vez en la historia de Estados Unidos se excluye explícitamente a un proveedor de salud de este modo. 80% de los 2.5 millones de personas que visitan anualmente uno de sus centros lo hacen para recibir anticonceptivos.

El presupuesto no cambia el financiamiento del único programa federal dedicado a control de natalidad (Title X), pero sí limita su alcance porque Planned Parenthood atiende a 41% de estos pacientes (mucho más que cualquier otro proveedor), según lo aclaró a Univision Noticias Bridgette Gomez, directora del Latino Outreach and Engagement de Planned Parenthood Federation of America. Esta restricción también erosionaría importantes programas de prevención del zika, VIH y otros que buscan combatir la violencia contra la mujer o prevenir el acoso sexual, agrega.

En 2014, 23% de los pacientes de Planned Parenthood eran latinos. “Nuestra comunidad se apoya mucho en esta organización para acceder a salud de calidad y no podemos darnos el lujo de que nos lo quiten”, dice a Univision Bethany Van Kampen, analista de políticas del National Latina Institute for Reproductive Health.

Además, se propone un recorte de 800,000 millones de dólares en diez años a Medicaid, el programa de atención a las personas de bajos recursos, que a su vez es la mayor fuente de cobertura para planificación familiar en Estados Unidos.

2. Salud sexual

Planned Parenthood juega un papel importante al brindar acceso a pruebas de detección temprana. En su informe anual 2014-2015, dijo haber proporcionado más de 4 millones de exámenes y tratamientos a infecciones de transmisión sexual y más de 600,000 exámenes de detección de cáncer de seno y de cáncer cervicouterino.

Un reporte de la Oficina de Presupuesto del Congreso hecho en 2015 estipuló que hasta 630,000 mujeres perderían acceso a asistencia médica de cortarse el financiamiento federal a estas clínicas.

“Una mala salud sexual cuesta la vida de millones de estadounidenses cada año. Anualmente se diagnostican 20 millones de casos de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) 52,000 de hepatitis viral y 39,000 de VIH. También hay 2,8 millones de embarazos no planificados. Las consecuencias pueden ser devastadoras física, emocional y financieramente”, explica a Univision Noticias Susan Gilbert, co-directora de la Coalición Nacional para la Salud Sexual.

En su criterio, frenar la prevención podría elevar los gastos sustancialmente: el costo anual de las ETS, incluyendo el VIH, es de 16,900 millones de dólares, y el de embarazos no planificados que es de 21,000 millones.

3. Medicaid

Dos de tres adultos cubiertos por Medicaid son mujeres, por eso son las más perjudicadas por la propuesta de presupuesto que pretende reducirlo en 800,000 millones de dólares durante diez años, dijo a la publicación Quartz, Usha Ranji, directora de salud femenina para la Kaiser Family Foundation.

Una de cada cinco mujeres en edad reproductiva y una de cada cuatro latinas está inscrita en Medicaid.

“Nos negamos a aceptar este ataque frontal contra la justicia reproductiva, la equidad en la salud y el bienestar de los latinos. Defenderemos a nuestra comunidad ante cualquier intento por arrebatarle el acceso a la salud”, asegura Van Kampen.

El programa financia aproximadamente 46% de los nacimientos en EEUU, pues las mujeres con bajos ingresos reciben automáticamente cobertura durante el embarazo y al menos 60 días después del parto.

Medicaid también ofrece ayuda económica para costear gastos no cubiertos por Medicare, programa federal destinado a personas mayores de 65 años y con enfermedades crónicas. Entre ellos están los hogares para ancianos y, como las mujeres viven más tiempo y suelen tener menos ingresos, ellas son las más proclives a usar ese beneficio, agrega Ranji.

4. Prevención de embarazo adolescente

El presupuesto elimina por completo el Programa de Prevención de Embarazo Adolescente (TPPP, por sus siglas en inglés), un innovador plan que para 2019 habría ayudado hasta 1.2 millones de jóvenes a planificar sus familias y su futuro, advierte a Univision Noticias Chitra Panjabi, presidente del Consejo de Información y Educación Sexual de Estados Unidos ( SIECUS).

En contraste, se otorgan más fondos a los programas de abstinencia, que no logran su objetivo, según lo ha compueba la evidencia científica. Los estados con mayor índice de embarazo adolescente enfocan su educación sexual exclusivamente en estos planes.

“Más de tres décadas de investigación han comprobado reiteradamente que no son efectivos en su meta principal que es retrasar el sexo hasta el matrimonio y lo que hacen es estigmatizar a los adolescentes por su identidad y sus experiencias vividas”, destaca Panjabi. En su criterio, más de 2,000 millones han sido “desperdiciados” en estos programas durante los últimos 35 años: “ El presupuesto de Trump no sólo repite este lamentable patrón sino que da unos 160 millones de dólares adicionales a estos dañinos y fracasados programas”.

Estados Unidos sigue siendo uno de los países desarrollados con mayor tasa de embarazo adolescente, y esto podría implicar un retroceso pues, en 2015 se logró reducir la tasa en 8%, con respecto al año anterior. “En tiempos en los que el país ve un importante descenso embarazo adolescente y el primer descenso en décadas de embarazos no deseados en general, estos fondos son cortoplacistas y afectarán mucho a los jóvenes. En términos sencillos: es el equivalente a construir un rascacielo y abandonar el proyecto a mitad del proyecto”, explica Ginny Ehrlich de la National Campaign en un comunicado.

 

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